Alejandro Fernández, charro hasta morir
El Universal
Alejandro Fernández causó la locura durante el primer concierto que ofreció en el Auditorio Nacional, la noche del lunes. (El Universal )
MÉXICO, DF.- Entre gritos y muchos más aplausos de sus fervientes seguidoras, Alejandro Fernández dijo que si bien el público le ha permitido desarrollarse en el género ranchero y el pop, morirá como cantante de música mexicana.
La ovación continúo, esto durante su primer concierto en el Auditorio Nacional la noche del lunes, lugar que dijo pisar con orgullo ahora que cumple 15 años de carrera.
“He tenido la oportunidad de cantar dos tipos de música diferente, que ustedes y gracias a ustedes, me han dado el permiso de poder explorar el pop y el ranchero, con la música mexicana.
“¡Y me voy a morir como cantante de música mexicana! Me siento muy orgulloso de cantarla en el extranjero donde me abren las puertas, donde disfrutan de nuestra música y cultura, como si estuviéramos en México. Eso es divino y no hay con qué pagarlo”, manifestó “El Potrillo” quien, como es costumbre, desde que apareció en el escenario a las 20:46 horas provocó todo tipo de expresiones por parte de las mujeres presentes.
“¿Desde aquí sí le llegaría mi bra?”, preguntó una fan a su amiga. “¡Chiquito sabroso!”, gritó una señora, quien acompañada por dos más, parecían dos adolescentes al borde de la locura ante la presencia de su estrella que portaba el típico pantalón apretado, el cual provocó otro tipo de piropos más picosos.
A Manos Llenas, No se me Hace Fácil, Canta Corazón, Mátalas, Loco, Que Seas muy Feliz y Nube Viajera fueron algunos de los temas que interpretó, además de Ella y El Rey, de José Alfredo Jiménez, y Ya lo Sé que tú te Vas, de Juan Gabriel. Cabe señalar que desde que cantó México Lindo y Querido, alrededor de las 21:43 horas, el público se mantuvo de pie hasta el final (23:08).
Los asistentes se desbordaron en felicidad, pero también en nostalgia y tristeza, como fue el caso de una joven que acompañada por una amiga desbordó en lágrimas a pesar de que parecía evitarlas, justo cuando muchos coreaban Qué Lástima, Me Dediqué a Perderte y Abrázame, como si se tratara de un “adiós” a un ser amado o el “deseo que no te vayas”.